Hemos experimentado esta verdad… tener un contacto intenso con la Biblia, leyéndola y predicándola, es lo que nos ha marcado el camino.
Que el cristiano pueda tener la Biblia entre sus manos, y que le sea explicada por alguien que ha vivido su eficacia, es el inicio de un camino de fe, de una vida nueva.
Este camino recorre etapas decisivas: necesidad de conversión, entusiasmo por conocer más a Jesucristo hasta desembocar en el compromiso por predicar la palabra de Dios.
El secreto esta en hacer gustar la Biblia como palabra de Dios, y no quedarse solamente en la información que puede dar. Cuando es verdadero medio de encuentro con Dios, el corazón del oyente la percibe, la acoge y lo llena de vida.
Es también, hacer que el fiel cristiano descubra que tiene acceso a ella, incluso predicarla, que lo que necesita es fe y que la Iglesia- a través de sus agentes- se la enseñe.
Es ponerla en manos de la gente y explicarla, proclamarla.
Respecto a su eficacia san Pablo dice:
” Toda escritura esta inspirada por Dios y es útil par enseñar y reprender, para corregir y educar en una vida de rectitud. para que el hombre de Dios esté capacitado y completamente preparado para hacer toda clase de bien”
( 2Tim 3, 16-17)